Existe un lugar en Telayo, del que nadie habla pero todos saben y le temen: el Cementerio de Tendencias.

Cada vez que surge una nueva tendencia, algunos clientes lo reciben con entusiasmo y exclaman: “¡Está buenísimo, mándalo para aprobación!”. Pero el proceso se convierte en un calvario de revisiones eternas, noches de correos y comentarios como “tal vez si le cambias este color” o “¿no puedes ponerle nuestro logo… pero con un toque de elegancia terrorífica?”.

Así, las tendencias van quedando atrapadas en el limbo y, al final, mueren en el olvido. En las lápidas del cementerio, se leen nombres de leyenda: el Cheems nostálgico, el Perrito intenso sin intensidad, el mapache Pedro Pedro, y hasta Hasbulla, quien nunca logró su lugar en el feed.

Dicen que si te quedas tarde en la agencia o visitas a las 3 am el Dropbox, puedes escuchar los lamentos de cada uno de estos memes que nos visitan desde el más allá, clamando: “Ay mi meme” porque una vez en el cementerio de tendencias, ya no hay retorno.

Por Jess O